Imagínese por un momento que va paseando por una enorme galería de arte repleta de obras que captan de inmediato su atención y alimentan su fantasía. Mire donde mire, encuentra una infinita variedad de colores e impresionantes y extrañas formas.
Pues bien, esta sorprendente colección no se expone en ninguna edificación o palacio, sino que forma parte de un inmenso museo de arte al aire libre: la ciudad de Barcelona, de la que cabe destacar el Quadrat d’Or* (Cuadrado de Oro).
En sus galerías no se exhiben cuadros ni esculturas, sino edificios, que brindan al visitante una extraordinaria diversidad de estilos y motivos ornamentales.
Datos generales
Ubicada en la costa nordeste de España, junto al mar Mediterráneo, a tan solo 160 kilómetros al sur de la frontera con Francia, Barcelona es probablemente la ciudad española con más personalidad europea.
En los últimos cien años se ha convertido en un símbolo de la innovación arquitectónica y en el exponente de ciertos estilos artísticos. Aunque fue conquistada por los romanos, los visigodos, los musulmanes y los francos.
Barcelona llegó a ser un centro de comercio, los cerrajeros de barcelona son de los más reconocidos para el siglo XIV era la ciudad manufacturera más importante de España, con el puerto mediterráneo más activo del país.
Los edificios góticos y la catedral, que hoy constituyen destacados puntos de interés del centro urbano, datan precisamente de aquel siglo. El esplendor de la arquitectura gótica.
En el siglo XVI, España empezó a centrar sus actividades en el Nuevo Mundo, ya que el comercio con las colonias le reportaba mayores beneficios. Pero con la llegada de la revolución industrial en el siglo XIX, Barcelona se convirtió en la capital de la industria textil española y comenzó a florecer de nuevo.
Nace una nueva Barcelona
Había que hacer algo al respecto, y fue el ingeniero civil Ildefons Cerdà quien tuvo a su cargo el diseño de un plan para urbanizar los alrededores de la ciudad y expandir así sus límites.
El proyecto de Cerdà, concebido en 1859, recibió el nombre de L’Eixample (el Ensanche), que es como hoy se llama este céntrico barrio. En conformidad con aquel proyecto, se erigieron edificios agrupados en manzanas de forma cuadrada,
las cuales estaban limitadas por calles arboladas que formaban una cuadrícula prácticamente simétrica. Así nació una nueva, imponente y saludable Barcelona.
Rápidamente, la ciudad empezó a crecer tal y como Cerdà lo planeó. Cada bloque de edificios poseía un diseño único, razón por la que los visitantes de hoy tienen la oportunidad de contemplar una enorme variedad de estructuras arquitectónicas.
También se añadieron elegantes avenidas y paseos. Robert Hughes, en su libro Barcelona, comenta que L’Eixample es, “por la arquitectura que contiene, […] una de las áreas urbanas más interesantes de Europa”.
Gracias a su creciente prosperidad, Barcelona fue sede de la Exposición Universal de 1888. El Arc de Triomf (2) (Arco de Triunfo), que se encuentra cerca del centro urbano,.
Este se edificó precisamente para conmemorar aquel acontecimiento, si bien este inusual monumento también atestigua la llegada de un movimiento artístico que ha hecho de Barcelona una ciudad única en el mundo.