Con la llegada de la Pandemia COVID-19, todos los sectores de la economía alrededor del mundo han tenido que reinventarse; no solo en sus estrategias de mercadeo sino también la forma en que prestan sus servicios. Un ejemplo de esto podrían ser los cerrajeros, que han incursionado en el mundo de la tecnología con la finalidad de contribuir en la fabricación de nuevos y mejores dispositivos de seguridad para proteger nuestros hogares.
Así mismo, los hoteles, restaurantes, posadas, y otros, han tenido que irse renovando; principalmente porque cada vez es más notoria la carencia de personal, bien sea porque se están jubilando o porque renuncian por las condiciones laborales.
Cocinero y mesoneros ya no bastan
Muchos hostales, hoteles, posadas, así como restaurantes y bares, han visto que sus ingresos han mermado por la poca afluencia a sus recintos. Esto puede tener varias causas, sin embargo la principal es la carencia de personal.
Normalmente, esto lo saben quienes han trabajado como cocinero, bartender, mesonero, recepcionista, botones, o ama de llaves de un hotel/restaurant/bar, muchos de los empleados de este tipo de establecimientos dejan sus empleos porque no se sienten valorados por sus empleadores, sin embargo ante la baja demanda de los servicios los empleadores también se han visto en la penosa necesidad de reducir su nómina aunque signifique aumentar los tiempos de atención.
Barcelona, por lo general, se le conoce por ser una ciudad hospitalaria y servicial; muchas personas que la han visitado cuentan sobre lo bien que les han atendido en todos los lugares que han visitado; es una cualidad típica de los catalanes: la amabilidad y lo servicial. Sin embargo, como estos establecimientos han visto reducida su clientela de forma estrepitosa han tenido que tomar la decisión forzada de tener que salir del negocio.
Cada vez son más los recintos de entretenimiento y esparcimiento que cierran sus puertas, no solo restaurantes, hoteles y posadas. Ningún rubro está a salvo de este flagelo que acosa a la población de Barcelona y sus valores. Y es por esto que los dueños de negocios en esta localidad de España han tenido que reinventarse.
Muchos optaron por ofrecer productos típicos, hechos artesanalmente. Le enseñan los procesos iniciales a unos cuántos empleados, pero son ellos los que principalmente intervienen durante la producción del producto de consumo (o servicio). En muchos hostales, por ejemplo, el propietario cumple las funciones de cocinero, bartender, e incluso anfitrión; es como ser recibido por el dueño de la casa vacacional de tus sueños.
Pero, siendo objetivo… Nadie podría soportar tanta presión de la carga laboral que representa atender clientes durante todo el día, y además tener que realizar otras tareas que impliquen descuidarlos. Barcelona está viviendo un momento difícil en el rubro de la hostelería, pero estamos seguros que podrás salir airosos y recuperar su fama tradicional.